Conocer cómo el estrés afecta a la longevidad y cómo manejarlo

Si bien la terapia, el yoga y la meditación alguna vez se consideraron poco convencionales, ahora se reconocen por sus efectos beneficiosos en nuestra salud mental y física. Este cambio de perspectiva ha ocurrido al mismo tiempo que se espera que el mercado de manejo del estrés se expanda rápidamente, de 17.200 millones de dólares en 2019 a 20.600 millones en 2024.

¿Por qué se le está prestando más atención al manejo del estrés?

Todos (con suerte) somos conscientes de que el estrés es malo para nuestra salud, pero ¿hasta qué punto es perjudicial? El estrés crónico puede acortar la esperanza de vida hasta en tres años, según una investigación reciente de Yale. Sin embargo, hay un lado positivo: el control emocional y la autodisciplina pueden mitigar estos efectos negativos.

¿Qué es el estrés? El estrés es una respuesta fisiológica a la presión influenciada por las circunstancias individuales, la genética y la crianza, más que una emoción. Nuestro cuerpo libera hormonas relacionadas con el estrés, como la adrenalina, el cortisol y la norepinefrina, en respuesta a los estresores.

El «eustrés» es un tipo constructivo de estrés que puede inspirarnos sin causar angustia indebida. No todo el estrés es malo. Además, una dosis saludable de estrés celular puede prolongar nuestra vida.

El verdadero peligro es el "distrés", que puede clasificarse como crónico (estrés tóxico) o agudo (episódico). El estrés crónico puede provocar numerosos problemas de salud física y mental, especialmente cuando no se gestiona adecuadamente.

¿Cómo afecta el estrés a la longevidad?

Aquí hay algunos ejemplos.

Efectos fisiológicos: Los niveles crónicamente altos de la hormona del estrés cortisol pueden causar diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas, envejecimiento prematuro y otras afecciones.

El estrés crónico puede provocar inflamación crónica, la cual se ha relacionado con diversas enfermedades graves, como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardíacas.

Sistema inmunológico: El estrés debilita la inmunidad, lo que aumenta la vulnerabilidad del cuerpo a enfermedades e infecciones.

Estilo de vida: El estrés crónico suele provocar estrategias de afrontamiento poco saludables como comer en exceso, fumar, beber demasiado alcohol y no hacer ejercicio.

Salud mental: El estrés prolongado puede causar ansiedad y depresión, lo que puede reducir drásticamente la esperanza de vida.

Acortamiento de telómeros: El estrés a largo plazo acelera el proceso de acortamiento de los telómeros, lo cual está relacionado con enfermedades asociadas al envejecimiento, como el cáncer.

Aislamiento social: El estrés prolongado aumenta el riesgo de aislamiento social, lo que incrementa la posibilidad de morir joven por enfermedades relacionadas con la edad.

Efecto del estrés en las vías metabólicas

Se ha demostrado que el estrés crónico tiene impactos negativos tanto en la salud mental como física, además de alterar varios procesos metabólicos vitales en el cuerpo. Comprender el impacto del estrés en estos procesos es esencial para entender sus efectos generales sobre nuestro bienestar.

Además, vale la pena señalar que Beyond You, una herramienta avanzada de análisis metabólico, proporciona un examen detallado de todas las vías metabólicas del cuerpo humano, incluidas las relacionadas con el estrés. Al detectar alteraciones en estas vías, Beyond You ofrece la oportunidad de identificar y abordar posibles problemas, contribuyendo a una comprensión más completa de cómo el estrés puede afectar tu salud metabólica.

Aquí están algunas de las principales vías metabólicas que podemos analizar con Beyond You y que pueden verse alteradas por el estrés crónico.

1. Hormonas glucocorticoides y gluconeogénesis:

Ante el estrés, el cuerpo libera hormonas glucocorticoides como el cortisol, que desempeñan un papel clave en la regulación de la glucosa.

El cortisol estimula el proceso de gluconeogénesis, mediante el cual el hígado produce glucosa a partir de fuentes no carbohidratadas, como los aminoácidos y el glicerol.

Si bien esto es esencial para proporcionar energía en una respuesta de lucha o huida, la liberación prolongada de cortisol puede provocar niveles elevados de azúcar en sangre, contribuyendo a la resistencia a la insulina y al aumento del riesgo de diabetes tipo 2.

2. Metabolismo del tejido adiposo:

El estrés puede llevar a la acumulación de grasa abdominal, a menudo conocida como «vientre por estrés».

El estrés crónico desencadena la liberación de cortisol, que promueve el almacenamiento de grasa en la región abdominal.

La grasa abdominal se asocia con un mayor riesgo de síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares.

3. Inflamación y sistema inmunológico:

La inflamación inducida por el estrés está vinculada a la desregulación metabólica.

La inflamación crónica puede interferir con la señalización de la insulina, contribuyendo a la resistencia a la insulina y, posteriormente, a la diabetes tipo 2.

Además, la activación sostenida del sistema inmunológico puede afectar negativamente la salud metabólica y provocar inflamación sistémica.

4. Regulación del apetito:

El estrés puede alterar la regulación normal del apetito y los patrones alimentarios.

Algunas personas responden al estrés comiendo en exceso o consumiendo alimentos reconfortantes, lo que lleva al aumento de peso y posibles alteraciones metabólicas.

Otras pueden experimentar pérdida de apetito, lo que puede resultar en una ingesta insuficiente de nutrientes y desequilibrios energéticos.

5. Microbiota intestinal:

El estrés crónico puede alterar la composición y diversidad de la microbiota intestinal.

Una microbiota intestinal desequilibrada se asocia con diversas condiciones metabólicas, incluyendo la obesidad y el síndrome metabólico.

6. Metabolismo lipídico:

El estrés puede afectar el metabolismo de los lípidos, llevando a niveles elevados de triglicéridos y colesterol LDL.

La dislipidemia es un factor de riesgo significativo para enfermedades cardiovasculares.

7. Eje HHA y resistencia a la insulina:

El eje Hipotálamo-Hipófisis-Adrenal (HHA), que regula la respuesta al estrés, interactúa con las vías de señalización de la insulina.

La activación crónica del eje HHA puede conducir a la resistencia a la insulina, lo que dificulta la absorción de glucosa por las células.

Manejar el estrés mediante las estrategias mencionadas anteriormente no solo beneficia tu bienestar mental y físico, sino que también ayuda a mantener el buen funcionamiento de estas vías metabólicas. Está claro que el estrés afecta nuestro cuerpo en múltiples niveles, y entender la interacción entre el estrés y el metabolismo es vital para tomar medidas proactivas que permitan mantener una vida saludable y equilibrada.